Esta ha sido una escapada sin pensarla mucho, Septiembre es un mes muy bueno para visitar esta isla y no encontrarte con la muchedumbre de pleno verano de julio y agosto. Si te gusta andar en bici es un destino que no te puedes perder. Nosotros nos hemos llevado nuestras bicis pero allí puedes encontrar fácilmente donde alquilarlas. Desde Donosti este destino lo tenemos como a unas 3’30 horas aunque tardamos bastante más por varios atascos de coches que nos tocó comernos, pero bueno llegamos a destino para la hora de cenar y la señora del apartamento en Airbnb no nos puso ninguna pega en la hora de llegada. Nos alojamos en el pueblo La Flotte que es como Saint Martin de Re pero más pequeñito y acogedor. Hoy cenamos en una pizzeria que nos atienden genial y comemos de lujo.
Para aparcar hay varios parkings pero en verano hasta el 30 de septiembre son de pago menos el último que hay en La Flotte que es gratuito, así que llegar hasta el final del pueblo, en las máquinas de pago ya pone el cartel que es gratuito.
Cogemos las bicis y empezamos la ruta hasta Sainte Marie de Re, no hay pérdida, son caminos exclusivos para bicis y bien señalizados. Este pueblo es muy tranquilo, sólo nos cruzamos con algunos turistas y un par de coches muy chulos. Entramos a su iglesia y seguimos nuestro camino.
Nuestra siguiente parada será la playa de Gros, en ésta zona hay mucha más gente suponemos porque habrá más campings por la zona porque lo que es la playa hace un viento que te quedas con frío, estamos un ratito intentando tomar el sol pero no se está agusto, voy a la orilla para ver como está de temperatura el agua y pufffffffffff congelada es poco madre mía !!!! Aquí estamos poco rato y decidimos ir a Saint Martin de Re.
La isla está muy preparada para las bicis y ese aspecto nos ha encantado, se llega muy bien a los pueblos y playas por los caminos y las distancias no son muy largas. Llegamos a Saint Martín de Re que se parece mucho a La Flotte pero más grande y con más turisteo. Por el puerto suelen estar los burros con pantalones famosos de la isla pero nosotros no los vemos y en todo el pueblo tampoco, estarán de vacaciones no será la hora. Nos tomamos unos helados en la famosa heladería La Martiniere y la verdad que tienen una gran variedad y muy muy ricos, también tienen gofrería. En la zona del puerto tienen compuertas para controlar el nivel del agua dentro del puerto y puedan salir y entrar los barcos. Nos dió pena no coincidir con nadie que quisera entrar o salir. El pueblo nos gustó un montón, en general la isla entera jajajaja. En este pueblo nos pareció que es más complicado el tema aparcar por si decidís alojaros en esta zona.
Dándo una vuelta vemos que la iglesia tiene para poder subir a la torre y terraza para disfrutar de las vistas, creo que pagamos 2€ persona, para subir son escaleras de madera un poco tortuosas y hay un semáforo para indicar si ya puedes subir o tienes que esperar porque baja gente. La verdad que es curioso y divertido y las vistas merecen la pena.
Damos un último vistazo al puerto, cogemos las bicis y salimos por la puerta de piedra del pueblo.
De aquí ya nos retiramos a La Flotte, cenar en el puerto donde hay unos cuantos restaurantes con bastante variedad aunque algunos algo caros y a descansar que mañana nos toca ir hasta el Faro
Hoy toca ir hasta el faro pero primero hay que visitar el pueblo encantador de Ars en Re, es una auténtica maravilla, nos ha encantado. Lo que más llama su atención es la torre de su iglesia que es blanca y negra, una preciosidad. El camino de bicis hasta este pueblo es muy bonito, se va bastante rato viendo el mar, te encuentras con un montón de salinas, zonas de cisnes… merece muchísimo la pena venir hasta aquí en bici, por carretera te pierdes todo esto.
En las salinas hay puestecillos con sal autoservicio, de diferentes tipos de sal y tamaños. Llegamos a Ars de Re, aparcamos las bicis y lo primero que hacemos es admirar la torre de la iglesia, entramos y dentro tienen una réplica de la iglesia hecha con piedrecitas. Damos una vuelta por el pueblo que está muy animado con sus tiendas, bares y mucha gente. También hay que decir que había una boda jajajaja sino igual apenas habría gente, pero estaba muy animado todo el pueblo. Aquí aprovechamos a comer es un bar unos panini y patatas que nos saben a gloria.
Antes de ir al faro queremos ir un rato a la playa y por suerte llegamos a las del norte cuando la intención era ir a la más cercana de Ars pero nos desviaríamos y llegamos a la Playa de la Concha, en las del sur (las veríamos desde el faro) no son ni playas, no sé si era porque había marea baja pero no merecen la pena. Esta playa como todas las de la isla son muy largas y por zonas son diferentes playas. En esta zona de playa hay bastantes bunkers de la guerra.
Yo aquí me pego un gran baño, el agua estaba fresquita pero no tanto como en la otra playa que era imposible. Tras recargar pilas con el sol, llegamos al faro que está a cinco minutos, merece mucho la pena subir al faro y disfrutar de las vistas y maravillarte con su gran escalera caracol. Muy recomendable. Se puede entrar con el perro, al salir de España se nota que la mentalidad para con los animales es muy diferente. En estas escaleras también hay semáforo para poder subir pero como las escaleras son mejores no lo tienen en funcionamiento pero es curioso de ver.
Se acaba el día y volvemos sin paradas desde el faro hasta La Flotte, es un paseito bueno pero se hace bien. Al llegar al pueblo vemos que están llegando un montón de porches porque es el finde de una concentración de este tipo de coches. Todo el finde hemos estado viéndolos por la carretera y ahora los vemos más de cerca, algunos son toda una maravilla. Y por fin vemos un burro con los pantalones jajajajaja
Hoy ya volvemos pero antes tendríamos una mañana bien aprovechada, primero vamos a ver el mercado famoso de la Flotte, que lo hacen en una plaza antigua donde desde siempre se ha montado el mercado, nos encanta que conserven estas cosas, además de gente muy simpática en todos los puestos.
Antes de salir de la isla hacemos una parada para visitar la Abadía de Chatellers, es de entrada libre, se ve desde la carretara. Son básicamente las ruinas pero tienen su encanto. También hay buenas vista al puente que une la isla con la península.
Después nos vamos a conocer la ciudad de La Rochelle, es una ciudad bastante grande y lo que es la plaza con su puerto y sus torretas bien merecen una buena visita. Comeos aquí y ya tomamos la carratera dirección Donosti.
Ha sido un finde largo bien bonito, si os cae cerca este destino no os lo penséis mucho porque mere la pena y que no se os olviden las bicis !!!
1 comentario:
Qué buena isla, no sabía de ella, espero ir pronto.
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